De una estudiante, a un profesor. Una carta que invita a una reflexión

 28/08/2020 

Buenas tardes, espero estés muy bien. Escribo ésta carta con la intención de entablar un diálogo acerca del taller 6, que nos asignaste en tu última clase de “la comunicación”, hoy he  estado replanteándome los lenguajes violentos y estructuras opresivas que a mi modo de ver están implícitos en ésta tarea. Lo cual me llevó a tomar la decisión de no hacerla. Pero, ya que me parece una tarea supremamente delicada y que debe ser replanteada. Me parece un total irrespeto no entregar una asignación. Así que, decidí escribir ésta carta para expresar mis razones y proponer un nuevo taller para próximas ocasiones o para establecer un debate en clase.
La instrucción del sexto taller es “diseñar un outfit (alterego): feminista, Afro e indígena”. En primer lugar pienso que, como todo en la vida, las cosas no pueden extraerse de su contexto, y es necesario entender que estas tres poblaciones son grupos sistemática e históricamente oprimidos. Mediante repercusiones opresivas que se siguen viendo actualmente en ámbitos sociales, políticos y económicos, en Colombia. Como racismos, machismos, feminicidios, transfobia, masacres indígenas y entre muchos más. Estas son problemáticas conectadas que deben verse de manera transversal y son opresiones que se estructuran apoyándose en sí mismas al analizarlas de una manera más macro. Por eso pienso que hay mejores maneras de abordarlo más allá de un “outfit” o un alter ego. Ya que creo que el término alter ego también está mal utilizado, ya que estas luchas no son un “otro yo” para ningune de nosotres. Pienso que son problemáticas que vivimos en carne propia o que vemos muy de lejos desde nuestro privilegio, que no pueden ser atribuidas a “otro yo”, puesto que realmente hay gente que sí sufre estas problemáticas. Debido a esto lo encuentro irrespetuoso. En mi caso, soy estudiante de filosofía y hago parte del comité de género de filosofía “Las Furias”. Donde discutimos el machismo en la filosofía y violencias de género epistemológicas e históricas, y me molesta porque siento que este ejercicio reduce el feminismo a un outfit estereotípico, cuando podría tener muchísimo más potencial.
En segundo lugar, considero que este ejercicio puede reforzar estereotipos violentos que se tienen sobre estas tres poblaciones desde una postura de la ignorancia, ya que tampoco hubo un interés o tiempo lo suficientemente largo para investigar respecto a estos temas. Hay muchos estereotipos violentos que tienden a lastimar a estas poblaciones y trasladarlas a una minoría vista desde la otredad y la desinformación. Reafirmando discursos tales como que las feministas odiamos a los hombres, somos histéricas , “malcogidas”, no tenemos argumentos, y siento que un espacio como este , que no sea manejado de la manera correcta puede representar un cultivo de odio, más que de diálogo, como sé que lo podríamos construir. 
En tercer lugar, me gustaría traer a colación la discusión acerca de la apropiación cultural, hay un sinfín de estudios, escritos y artículos acerca de este tema, provenientes de la voz de aquellos que sufren este problema, y es bastante delicado no haber indagado en el tema antes de hacer este taller. Cuando una población opresora se apropia de un elemento de otra cultura, sin saber su historia, con fines lucrativos, esto amplía los estereotipos, la desinformación y la brecha capital que existe entre ambos grupos. Aunque la intención de este ejercicio no tenga fines lucrativos, pienso que además de hacer alusión a este fenómeno tan delicado, podríamos caer en el error de alentarlo, ya que no lo tratamos desde una base de pensamiento que realmente requiera de mucha conciencia y sensibilidad a mi modo de verlo. 
Por último, quisiera acabar mis argumentos asegurando que el lenguaje construye realidades, y es una herramienta de poder supremamente importante, por eso me parece imperativo darle a estas poblaciones el peso que merecen y tener en cuenta sus problemáticas antes de vestirnos como estas. Es importante traer la conversación a la mesa, y desligar estas poblaciones de la visión que comúnmente se tiene de ellas solo como ente capitalista o fetichizado, me parece importante rectificar que estas poblaciones no son “la otra cara de Colombia” ni “la otra cara de nosotros mismos” y  reconocernos en nuestro privilegio de uniandinos, que aunque no todos sean en el mismo nivel, si hay que cumplir cierta base de privilegios para entrar a esta universidad. Tenemos que establecer desde el lenguaje una sensibilidad y responsabilidad por estos grupos que vaya mucho más allá de un outfit. 
Para terminar, me gustaría decir que no entregue la tarea ya que no me sentía cómoda haciendo parte de este proyecto, y de cierto modo me parece un modo de protesta, siguiendo con la temática del taller pasado jaja. Me gustaría proponer un taller en el que simplemente exploremos nuestro alter ego, desde nuestra propia cosmovisión y vivencias, sin apropiarnos de otras, o un taller en el que podamos estudiar y explorar estas poblaciones directamente desde los sujetos y les cuerpes oprimides, lo que signifique una entrevista. O un trabajo artístico donde tengamos un contacto directo con la fuente, fotografiando sus ropas o sus vivencias o el porqué de ellas, finalmente me gustaría decir que la intención de esta carta, más que excusarme por no entregar la tarea, es establecer un diálogo para la eliminación del taller y hablarlo en clase.

Con todo respeto.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nuestra carga y respuesta

Carta a mi abusador

Comunicado del comité de género Las Furias, Parte I: Diagnóstico y manifiesto de motivación para un trabajo conjunto anti-patriarcal