La herida

 Por: Mariana Jiménez Arango



Un cañón invertido enmarca

el más rojo de los atardeceres

Primero un tejido negro una selva

desboca al más experimentado explorador


Aquella llaga nunca sana

vuelve y sangra

Es profundamente mía

pero la heredé de mi madre


Y mis abuelas y sus abuelas

La luna también mecía sus océanos

La cara oscura siempre sonríe

con pintura de guerra color carmín


Túnel de Möbius

El eterno retorno

Tiempo cíclico y atento

El verdadero centro de gravedad


Corte autoinfligido por la naturaleza

La ruptura conlleva la creación

Puertas del bien y del mal

La pregunta es la llave


Una manada de lobas magdalenas

Sus llantos son aullidos

unidos son arengas

Por fin se oxigena la mala sangre


La vida de la vida

La negación de la negación

La multiplicidad de la unidad

Esta herida es nuestra sanación

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