Nuestra carga y respuesta

 Por: Daniela Borda

Un par de poemas con los que decidí hablar sobre estereotipos que carga la feminidad en una relación afectiva, la sororidad y la pérdida de la identidad.


Tu carro parqueado en la esquina de mi cuadra

Despejada,

viendo atardeceres.

Sensación de calor

por todo el cuerpo,

hostigante.

Él era monumental,

lo era.

Me llenaba de cariño,

el que pensé que me hacía falta.

Mirándote a los ojos,

frío.

Frío,

terminó.

Mi fantasía,

esa que tú toda construiste.

Desinteresarme por mí misma.

Una y otra vez.

Complacerte.

Si no era tuya, no era mujer.

No era digna de ti,

ni de nadie,

ni siquiera de mí.


La ficción de mi realidad

Todas las hojas del árbol a tu favor.

El dolor de ella se manifestaba en mis sueños,

la quise más que a ti, por un momento.

Las hojas del árbol te tapan la cara,

las ramas te cubren el cuerpo

y las flores me las das a mí.

Me dolió ser en vano.

Yo no era grandeza,

como ella o como tú.


*Un poema sobre la vida tranquila, pero no la vida aburrida. Una vida que se siente,

una vida documentada, pensada. Una persona que sanó otra que está sanando. No

tenemos que perdonar, no tenemos que olvidar y podemos hacer de nosotrxs la

respuesta al dolor.


Una portada verde, un libro lleno de espejos

Abre los ojos

siempre frente a una ventana,

en las mañanas entra una luz amarilla,

se acomoda el cabello, se le nota bonito,

se le mueve suave.

Prende unas cuantas velas,

siempre las mismas tres, sus olores favoritos.

Sale de su casa,

lleva su cuadernito de portada verde,

es bien pequeñito,

el diminutivo para lo reducido,

en este caso.

El diminutivo en ella para la ternura,

para lo que hay que mencionar con cuidado

porque es muy valioso,

porque tiene ojos brillantes,

porque es su única forma de hablar el amor,

de escribirlo.

Recuerda vidrios rotos,

cristales,

espejos rotos

para decirlo más bonito.

Pedazos de vidrio,

las nubes son costumbre,

no por encima de ella,

las lleva con ella,

ahí al ladito, con cuidado.

Y ella tampoco puede olvidar,

¡cómo va a olvidar!


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Carta a mi abusador

Comunicado del comité de género Las Furias, Parte I: Diagnóstico y manifiesto de motivación para un trabajo conjunto anti-patriarcal